Analiza tu marca
Antes de comenzar, es fundamental tomarse un momento para analizar tu(s) producto(s), tu negocio y tus clientes objetivo. Esta es la base. ¿En qué te diferencias de la competencia? ¿Cuáles son tus fortalezas, tus debilidades, tus valores? ¿Cómo quieres que se sienta la gente cuando vea tu logo o uno de tus anuncios? Todas estas son preguntas que pueden ayudarte a crear tu propia imagen de marca. Cuanto más clara tengas una imagen de tu negocio o de tu(s) producto(s), más fácil te resultará crear una marca representativa y memorable. No dudes en anotar todo lo que se te ocurra en un cuaderno si es necesario. No olvides que estás creando una imagen de marca para tus productos y no para los de un competidor. Uno de los errores más comunes en la construcción de una imagen de marca es simplemente crear algo demasiado general.
Recuerda que la imagen de tu marca es una de las herramientas de comunicación más importantes de tu negocio. De hecho, los elementos gráficos elegidos se utilizarán en todos los soportes de comunicación para representarte. Así que no elijas los elementos de tu imagen de marca al azar: estos deben estar bien pensados. Si es necesario, durante tu proceso de creación, puedes usar un cuadro para identificar y plasmar exactamente lo que tienes en mente.
Elige una paleta de color
Ya sea para un sitio web, tu logo o tus publicaciones en las redes sociales, uno de los elementos más importantes de la imagen de tu marca es el color. Es importante que siempre uses los mismos colores, ya que estos representarán tu negocio. Para ello, solo tenemos que pensar en el verde de Starbucks o la combinación roja y amarillo de McDonalds. Entonces, ¿cómo eliges la paleta de colores perfecta para la imagen de tu marca?
Una vez que hayas analizado los valores de tu negocio y de tus productos, probablemente tengas una mejor idea del color de los valores asociados. Toma en cuenta que los colores tienen significados, por lo que pueden ayudar a transmitir un mensaje o promover ciertos elementos de una marca. Por ejemplo, el color naranja se asocia con la juventud y la diversión, mientras que el morado suele representar la espiritualidad y el lujo. Además, necesitarás más de un color para tu imagen de marca, de ahí la importancia de crear una paleta de color. Para ello, puedes comenzar eligiendo tu color principal, luego colores secundarios más claros y más oscuros que se adapten a diferentes necesidades (te recomendamos escoger entre 3 y 5 colores máximo). Para ayudarte a crear tu paleta de color, te recomendamos la herramienta gratuita Coolors. Allí puedes encontrar paletas ya diseñadas por sus expertos o inspirarte para crear la tuya propia. No olvides anotar los códigos de color para asegurarte de utilizar siempre el color exacto, independientemente del medio de comunicacion que utilices.
Elige una fuente
Después de encontrar la combinación de color que te convenga, es hora de elegir tu fuente principal, o al menos una familia de fuentes. Al igual que los colores, las fuentes pueden ayudar a transmitir el mensaje que deseamos proyectar. Una vez que encuentres la fuente o las fuentes que te representen mejor; es importante utilizarlas siempre en tu sitio web, tu logo o tus publicaciones en redes sociales.
Para ayudarte a encontrar una fuente adecuada para tu marca, las hemos separado en dos categorías (aunque hay más categorías de fuentes): fuentes serif (con remate) y sans serif (sin remate). Para empezar, las fuentes serif tienen remates, lo cual facilita la lectura. Esta categoría de fuentes se han utilizado durante mucho tiempo para imprimir y es utilizada cuando se quiere dar un toque más tradicional, profesional o serio. Por su parte, la categoría de fuentes sans serif, o sin remate, son las más utilizadas en la web y son utilizadas cuando se quiere dar un toque más moderno. Para comenzar, te recomendamos que elijas cuál de estas dos categorías de fuentes es mejor para tu marca, ya que facilitará el análisis de tu proyecto de creación de imagen de marca. También toma en cuenta que no es recomendable utilizar más de dos fuentes principales para una marca.
Crea tu primer logo
Ahora, hablemos del logo. Como sabemos, el logo suele ser el elemento más importante de tu branding (marca), de ahí la importancia de que esté bien hecho. En este sentido, tienes varias opciones: puedes trabajar con una agencia, un diseñador independiente o incluso hacerlo tú mismo. Hay muchas plataformas que pueden ayudarte a crear tu logo. Te recomendamos que eches un vistazo al sitio de nuestro socio FreeLogoDesign. Este creador de logos te permite crear un logo de forma gratuita a partir de miles de plantillas.
Si decides crear tu logo tú mismo, recuerda tomar en cuenta los valores y el mensaje que deseas transmitir por medio de tu imagen de marca, así como tu paleta de color y la tipografía que has ecogido. También deberás elegir qué tipo de logo es el más adecuado para tu negocio (Insignia o Escudo de armas, ¨Combination Mark Logo¨, Monograma, Marca denominativa o Emblema). ¡Siéntete libre de crear diferentes imágenes y deja volar tu imaginación!
Registra todo en tu guía de marca
Una vez que hayas encontrado todos los elementos principales de tu marca, es hora de incluirlos en tu guía de marca. En resumen, la guía de marca es un documento oficial donde se guardan todos los elementos relacionados con tu marca (valores, análisis, diferentes versiones de tu logo, paleta de color, tipografías, normas de uso, etc.). Al tener esta herramienta en la mano, no habrá más preguntas como: ¿cuál es el código de color o qué fuente usé en esta publicación? Tu guía de marca te ayudará a conservar una imagen de marca fuerte, ya que podrás usar fácilmente los mismos elementos en todos tus soportes gráficos.
En conclusión, es posible crear tu propia imagen de marca con un presupuesto reducido. Lo importante es comprender el mundo que rodea a tus productos y a tu negocio. Esto te ayudará a diferenciarte de tus competidores de forma efectiva. Nada te impedirá desarrollar una imagen de marca fuerte con el tiempo. Por ejemplo, si deseas actualizar tu sitio web, ¡aquí te mostramos cómo rediseñar con éxito tu sitio web en 7 pasos sencillos!